30 abril 2013

150 años.

Hoy dos de los faros más representativos de Andalucía están de cumpleaños.  Tal día como hoy de 1.863, hace ya 150 años, se ponía la primera piedra del que, 4 años más tarde, sería el  más alto de España: el faro de Chipiona. Las casualidades de la vida, el destino, o tal vez la idea premedita de alguien, hicieron que la fecha elegida para tal acto, 30 de abril de 1.863 coincidiera con otro hito en la historia de los faros andaluces: aquella misma noche comenzó a funcionar el faro de Cabo de Gata.
La de hoy debería ser una fecha llena de actos conmemorativos. El Ayuntamiento de Chipiona y la Autoridad Portuaria de Sevilla, responsables del faro, lo están haciendo y dando, de paso, un ejemplo de defensa de la cultura, de la historia y del patrimonio andaluz: placa en honor de Jaime Font, exposiciones, visitas guiadas gratuitas al faro, conferencias (el próximo jueves día 2 ofrecida por el propio farero, Septimio Andrés, todo un lujo) … y en Almería se ha editado un magnífico libro titulado Lo demás es oscuridad que conmemora esos 150 años de funcionamiento de los primeros faros de la provincia (el último día del año lo hará el de Mesa Roldán) y en el que hemos colaborado más de 180 personas enamoradas de los faros. Pero no es suficiente. La televisión autonómica, la que representa a Andalucía y a la que los andaluces mantenemos en buena medida, debería tener hoy algún programa especial dedicado a estos faros. Son 150 años, pero posiblemente dediquen más tiempo a la casa real holandesa que a nuestra propia historia.
¿Y la Junta de Andalucía? ¿Sabe alguien allí que tenemos faros únicos en España? ¿Alguna consejería va a dedicar un solo euro y una sola fotografía a celebrar esta efeméride?  Me temo que no, esto al fin y al cabo es cultura y la cultura y la política suelen casar mal. Lástima que la actitud de los responsables del faro de Chipiona no se extienda a las demás instituciones políticas y organismos oficiales.
Hoy toca felicitar al faro de Cabo de Gata por sus 150 años de funcionamiento guiando a los marineros, a Mario Sanz y cuantas personas y organismos han hecho posible el libro, al Ayuntamiento de Chipiona y a la Autoridad Portuaria de Sevilla por conmemorar el día de hoy. A los andaluces que conocen sus faros y saben de su valor y  a los que  los desconocen por completo, porque tienen ante ellos todo un tesoro por descubrir.
Aprovechando esta fecha  la Asociación de Amigos de los Faros de Andalucía ha subido a YouTube un vídeo con una recopilación de imágenes de faros andaluces. Es la primera parte y en esta ocasión está dedicada a la costa atlántica andaluza.  Podéis verlo directamente haciendo clic en el enlace que hay arriba a la izquierda.
 


22 abril 2013

¡Es mío!

Después de tantos y tantos días de lluvia durante este invierno hoy la gente me ha recordado a los caracoles y ahora, con los días de sol, lo que antes eran calles desoladas y plazas solitarias se llenan de personas necesitadas de calor. Y así estaba este mediodía el bar de María, con todas las mesas y las sillas ocupadas: fuera, al sol y a la brisa que venía del puerto, la gente de la ciudad, dentro, en las viejas mesas arañadas por las fichas arrastradas sobre ellas en miles de partidas de dominó, los marineros.

A primera hora de la tarde, cuando el sol comienza su caída desde los cielos hasta el mar,  aun quedaba un par de mesas ocupadas por dos matrimonios y tres niños pequeños; los mayores tomando una copa y charlando, los críos sentados, aburridos, cansados de esperar. Junto a la puerta María esperaba que se marchasen para recoger lo que quedaba y cerrar, yo, a su lado, esperaba a que se marchasen para estar unos minutos a solas con ella. Y desde la puerta hemos visto a dos de los niños coger una pelota que había en una silla para irse a la placita a jugar, pero el otro ha saltado como un rayo y se la ha quitado.  Después se ha vuelto a sentar con el juguete entre sus piernas y sus brazos y ha dicho, casi gritando, dos palabras: ¡es mía!  No juega con ella, pero tampoco deja que los otros lo hagan. Recurren los pobre niños, casi llorando, a una de las mujeres para que les consiga la pelota, pero es una madre moderna, una mujer liberada que tiene su trabajo, su teléfono móvil, su ordenador portátil, su propia cuenta corriente en el banco, su coche... y su hijo tiene su pelota. Es suya y él decide que se hace con ella. La propiedad privada.

-¿Ves farero? ese es el principio de todos los males de este mundo.

No entiendo  qué quiere decirme María, pero  ella no tarda en explicármelo.  -Es mío. De ahí vienen todos los problemas de este mundo, del egoísmo, del "yo" por encima del "nosotros". Cuando una persona dice "es mío" en el tono que lo ha dicho ese niño está poniendo una frontera entre ella y el resto del mundo, en cierto modo se siente superior, con el malvado poder de no compartir, y da más valor a ese sentido de poseer que a las necesidades y los sentimientos de los demás. Sobran "míos" y faltan "nuestros".

Ahora, de noche, en la soledad del faro, las noticias de la radio hablan de las toneladas de comida que se tiran cada día a la basura,  de gente que busca en los contenedores de las ciudades la comida que otros desprecian. Es como el niño de esta tarde y su pelota, inmensamente más triste, más duro, más dramático, pero la misma base, la misma lógica: es mío. No lo uso, no me sirve, pero no lo comparto, no lo doy a quien lo necesita. Y a mí, que no me hace falta tener  razones para pensar en ella, me vienen a la cabeza las palabras de María, y la cara de los pobres niños que se quedaron sin jugar con la pelota porque  otro niño no quiso compartirla, porque, como decía María, sobran "míos" y faltan "nuestros".



El viejo farero.

04 abril 2013

Visita al faro de Chipiona.

El próximo sábado 13 de abril la Asociación de Amigos de los Faros de Andalucía va a visitar el faro de Chipiona. Falta por concretar la hora, pero será a media mañana. Tanto los socios como los amigos que quieran venir con ellos deben comunicarlo lo antes posible para concretarlo todo con las personas que llevan el tema de la visita. La entrada creo que vale 5 euros pero merece sobradamente la pena, es el más alto de España y en estos días está de celebraciones: 150 años de la colocación de la primera piedra, así que además de ver el faro, su preciosa linterna y Chipiona, la playa, los corrales, la desembocadura del Guadalquivir y la costa de Huelva desde sus casi 70 metros de altura podremos ver la exposición de los 150 años.

Para quienes nunca han subido os diré que son más de 300 escalones pero que se sube muy muy bien, además, a mitad de camino podemos hacer una paradita, y si nos cansamos mucho cuando salgamos tomamos una tapita para reponer fuerzas.

Aquí os dejo unas fotografías del faro y de una parte de  lo que podemos ver desde arriba. Venga, ánimo... ¡y todos al faro de Chipiona!

Espero vuestras respuestas en el correo de la Asociación: farosdeandalucia@hotmail.es





01 abril 2013

Cabo Roche y Sancti Petri.

Hace unos días he tenido la suerte de visitar 2 nuevos faros, ya son 19 en Andalucía y 30 en total. Esta vez tocaba los faros de Cabo Roche y Sancti Petri. Aunque éste en realidad es una baliza ya que su alcance no supera las 10 millas acceder a él es una bonita experiencia ya que está instalado en un islote a unos centenares de metros en línea recta  de la costa gaditana.

 En el año 1898, como consecuencia de la guerra de Cuba, se manda demoler el faro del Castillo de San Sebastián, en Cádiz. Con la desaparición de este faro una gran parte de la costa andaluza queda a oscuras, por ello, en 1899 se propone instalar un faro en el Cabo Roche. La idea era que éste enlazaría con el de Chipiona, lo que iluminaría una buena parte de costa y además haría innecesario un nuevo faro en la ciudad gaditana. La obra llegó a aprobarse 3 años más tarde y se dota al faro de un alcance de 12 millas náuticas y un grupo de 3 destellos más uno con luz blanca, pero el faro nunca llega a edificarse a pesar de que en 1929 vuelve a aprobarse su construcción esta vez con ciertos cambios en su luz. Hay que esperar hasta  el Plan de Señales Marítimas de 1985-89 en el que figura como uno de sus objetivos la recuperación de las antiguas torres vigías, en general del siglo XVI,  su restauración y adaptación a faros.  El experimento se llevó a cabo en 1986 con la torre de Cabo Roche, la primera torre vigía convertida en faro, y el resultado fue tan satisfactorio que a continuación se hizo lo mismo con las de Punta Camarinal, Punta Carbonera, La Herradura, Castell de Ferro y La Polacra.  De todas estas torres convertidas en faros de la costa andaluza la torre de mampostería del siglo XVI existente en el Cabo Roche no es solamente la primera sino que también es la única de planta cuadrada. Su altura es de 16 metros y el plano focal del faro se encuentra a 45 sobre el nivel del mar. Hoy en día su alcance es de 20 millas y ofrece un destello cada 3 segundos. Sobre el techo de la torre existen 4 pilares de hormigón de unos 3 metros de altura que sostienen una plataforma circular del mismo material sobre la que descansa la linterna.

Cuando visité este faro lo primero que se me vino a la cabeza al subir sus escaleras es que quienes lo diseñaron no pensaron ni por un segundo en los hombres que tendrían que trabajar en él.  Difícilmente habrá un faro con unas escaleras más complicadas para subir y bajar y es, de cuantas torres vigías conozco, a la que  peor solución le han dado en lo que a acceso se refiere.

Su sistema de iluminación es muy moderno, la lente ya no es de cristal como las originales de Fresnel sino que es de material acrílico, y la lámpara que luce dentro es de las más modernas del mercado.

Dejamos Cabo Roche y nos marchamos al puerto de Sancti Petri donde nos espera la zódiac que nos llevará al islote donde se encuentra el faro. El camino de ida se hace un poco más largo porque aunque son unos 2 kilómetros de recorrido la mar está un poco alterada y hay que ir despacio para evitar mojarnos. Viendo la fragilidad de esta embarcación aquí, con la costa tan cerca, no puede uno evitar pensar en cómo serán las travesías de los inmigrantes ilegales en barcas incluso más pequeñas que esta en pleno Estrecho.

El nombre de Sancti Petri hace referencia a “Piedra Santa”, ya que antiguamente hubo en la isla un santuario en honor a Melkart. En el siglo XVI se levanta una torre defensiva y posteriormente se fue construyendo el castillo y   fortificando la isla que fue duramente bombardeada por los franceses.

La torre del homenaje se adapta a faro en 1918 según un proyecto de Francisco García de Sola. Aquella primera luz de gas acetileno era fija y tenía un alcance de 12 millas. En 1952 se cambia la linterna y hoy en día funciona por energía solar con baterías de reserva, ofrece un destello cada 3 segundos y su alcance es de 9 millas, por lo que se considera baliza en lugar de faro. La torre tiene una altura de 16 metros y el plano focal se encuentra a 20 sobre el nivel del mar.

La escalera de esta torre no tiene nada que ver con la de Cabo Roche: es de madera, ancha, cómoda…  al final, para salir al exterior y llegar a la linterna un paso un poquito estrecho y nada más pero merece la pena ya que desde lo alto de la torre hay unas vistas preciosas de la costa que abarcan desde Cádiz a Trafalgar. 
Técnicamente la luz de Sancti Petri no es un faro pero, ¿qué importa el título oficial que le den? Tampoco el de Bonanza lo es  por su luz pero su torre merece con creces el nombre.  Cada faro que he visitado tiene su belleza, su encanto especial. Este de Sancti Petri es por el sitio en el que está. Muchas veces he dicho que un faro no es solamente su luz, es su torre, el mar que hay a sus pies, el acantilado al que se asoma… y en este caso la islita donde se encuentra.


Os dejo unas fotografías de esas visitas.





















             



















                                                                                             
                                                                                                        

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