Sí, lo sé, y quienes me conocen también lo saben: hago fotografías a objetos a los que casi nadie se las hace. También colecciono algunas cosas, unas más corrientes como son cacharros antiguos y otras menos frecuentes de coleccionar como son arenas de playas.
Esto de las arenas comenzó como recuerdo de sitios en los que estuve. Un par de playas donde viví momentos especiales y de las que quise traerme un pequeño montoncito de arena como recuerdo. Un buen día, mirándolas en casa me di cuenta de que eran diferentes. Todas son diferentes. Nunca lo había pensado: la arena de la playa es arena, una más clara, otra más oscura... pero arena al fin y al cabo ¿no? Y empecé a traerme un puñadito de arena de cada playa que visitaba. También me han regalado alguna de sitios en los que posiblemente nunca estaré.
Las arenas de las playas son un poco como las personas en las grandes ciudades: Las miramos pero no las vemos, no nos fijamos en ellas, todas nos parecen iguales y 30 segundos después de haberlas vistos, salvo excepciones, no recordamos nada especial de ellas. Pero las arenas, al igual que las personas, son todas diferentes, solamente hace falta observarlas, conocerlas un poco, dedicarles un poquito de eso que tanto nos falta y tanto desperdiciamos: tiempo.
Lo que veis en estas fotografías son arenas. Son 4 imágenes diferentes de arenas de 4 playas diferentes. Todas están hechas en las mismas condiciones de luz y enfoque y todas aumentadas 20 veces (2 milímetros de la realidad se convierten en 4 centímetros). La número 1 es de una playa canaria, la 2 del Cabo de Gata, la número 3 de San Juan de Puerto Rico y la 4 de Sanlúcar de Barrameda. Lo dicho: como las personas, todas diferentes.
Saludos desde el faro.