12 octubre 2010

Muerte nupcial. Miguel Hernández.


La amiga Osane me envió hace ya algún tiempo este poema de Miguel Hernández como colaboración personal en el pequeño homenaje que estamos haciendo al poeta. Las circunstancias han hecho que me retrase más de la cuenta en dejarlo en el faro, pero al final todo llega. A ti, Osane, un beso y mil gracias por el poema, a quienes habéis seguido entrando a pesar de no haber nada nuevo otras tantas. Un millón (de gracias, no os hagáis ilusiones) para vosotros que habéis dejado vuestras palabras de apoyo en estos días de silencio. Lo dicho: todo llega. En breve volvemos a la normalidad.





MUERTE NUPCIAL.

El lecho, aquella hierba de ayer y de mañana:
este lienzo sobre madera aún verde,
flota coma la tierra, se sume en la besana
donde el deseo encuentra los ojos y se pierde.

Pasar por unos ojos como por un desierto:
como por dos ciudades que ni un amor contienen.
Mirada que va y vuelve sin haber descubierto
el corazón a nadie, que todos la enarenen.

Mis ojos encontraron en un rincón los tuyos.
Se descubrieron nudos entre las dos miradas.
Sentimos recorrernos un palomar de arrullos,
y un grupo de arrebatos de alas arrebatadas.

Cuanto más se miraban más se hallaban: más hondos
se veían, más lejos, y más en uno fundidos.
El corazón se puso, y el mundo, más redondos.
Atravesaba el lecho la patria de los nidos.

Entonces, el anhelo creciente, la distancia
que va de hueso a hueso recorrida y unida,
al aspirar del todo la imperiosa fragancia,
proyectamos los cuerpos más allá de la vida.

Espiramos del todo. ¡Qué absoluto portento!
¿Qué total fue la dicha de mirarse abrazados,
desplegados los ojos hacia arriba un momento,
y al momento hacia abajo con los ojos plegados!

Pero no moriremos. Fue tan cálidamente
consumada la vida como el sol, su mirada.
No es posible perdernos. Somos plena simiente.
Y la muerte ha quedado, con los dos, fecundada.




Miguel Hernández.


2 comentarios:

Deseo dijo...

Este hombre era una maravilla.

osane dijo...

Un beso grande Farero y gracias por compartir.